Vivir conforme a la Palabra de Dios nos mantendrá fuertes en los momentos de debilidad, a su vez seremos llenos de toda sabiduría y conocimiento de lo alto y, lo que es más importante, nos ayudará a vivir en total satisfacción y paz.
Debemos ser oyentes sabios para escuchar lo que Dios quiere decirnos y no seamos engañados. Habla despacio y con humildad, y no digas lo primero que se te ocurra, porque cuando hablamos y escuchamos muy poco, tendemos a pecar. Estamos constantemente expuestos al pecado.
Por ejemplo, cuando estamos enojados, estamos ofendiendo a Dios. Tratemos de ser lentos para la ira porque la ira cierra nuestra mente a la verdad de Dios. “El que guarda su boca se guarda a sí mismo, pero el que habla mucho se turba a sí mismo”. Proverbios 13:3
Para vivir conforme a la Palabra de Dios es necesario que cada día hagamos lo que ella dice, que pongamos en práctica cada cosa que Dios nos ha revelado. “Lámpara es a mi pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” Salmo 117:105
En el libro de Santiago 1:21 el Señor nos exhorta a desechar toda inmundicia y maldad de nosotros, toda raíz de pecado que nos imposibilite recibir y entender la Palabra de Dios. Ya que si no estamos limpios de toda inmundicia será imposible vivir conforme a la Palabra de Dios. Tenemos que vivir una vida de pureza para poder ser siervos útiles en las manos de Dios.
Cuando recibimos a Cristo, entendemos que nuestro enfoque de la vida y de nuestra nueva condición espiritual debe ser servir al Dios de luz, por lo cual nosotros estamos llamados a ser luz también.
Es muy importante estudiar cuidadosamente la Palabra de Dios de la manera correcta. Pero igual de importante, y quizás más importante, es que pongamos en práctica lo que aprendemos. El objetivo final de estudiar la Biblia no es solo obtener más conocimiento y que nosotros dominemos la Palabra de Dios, sino que la Palabra de Dios nos domine y cambie la forma en que vivimos y pensamos. Esto es lo más importante.
“¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en Su ley medita de día y de noche!” Salmo 1:1-2.
El Señor nos desafía hoy a recordar que, si obedecemos y nos deleitamos en su Palabra, podemos depender de su cuidado fiel para todo lo que está por delante y poder revelarnos su plan para nuestras vidas.
Una persona que vive de acuerdo con los principios bíblicos puede ser de bendición en la vida de cualquier persona. En la Biblia encontrarás la guía para una vida llena de gozo, paz, fe, esperanza y mucho más, con disciplina, oración diaria y paciencia lograrás vivir la vida que Dios tiene planeada para ti.
Tal como dijo Charles H. Spurgeon: “Cuanto más cavamos en las Escrituras, más nos parecen una mina inagotable de verdad.”
Por Rossmary Valladares
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