La Biblia nos deja grandes enseñanzas a través de la historia de José, sus hermanos le arrancaron la hermosa túnica que llevaba puesta. Luego lo agarraron y lo arrojaron a una cisterna. Génesis 37:23-24.
Imagina cómo sería compartir tu corazón con alguien que te importa. Entonces, un día, hacen lo impensable: te lastiman. De repente, esta traición que te hacía sentir seguro, amado y protegido te lleva a sentirte ahora vulnerable, no deseado y solo. Esto mismo fue lo que le pasó a José.
La verdad es que la Biblia no dice que José haya hecho algo malo. Sus hermanos lo lanzaron a un pozo porque estaban enojados y celosos. Pero su historia no finalizó ahí.
Dios estaba con José y tuvo misericordia de él… Génesis 39:21 nos relata que Dios nunca abandonó a José y al final vemos a Dios redimiendo su pasado doloroso y sacando cosas buenas de él. Asimismo, cuando experimentamos angustia y rechazo, a menudo es inmerecido. A veces, como José, es posible que ni siquiera lo veamos venir. Entonces, de repente, estamos en el punto más bajo de nuestras vidas, sintiéndonos heridos, vulnerables y solos. Sin embargo, al igual que José, nuestra historia aún no ha terminado.
Luego vemos como Dios le dio a José la oportunidad de guiar a las personas que lo esclavizaban, salvando miles de vidas, incluyendo a sus hermanos, en el proceso. Cada experiencia dolorosa de su pasado lo preparó para este propósito porque Dios siempre estuvo con él. La buena noticia es que el mismo Dios que estaba con José está con nosotros.
A veces los cambios de Dios nos hacen miserables. Eso no significa que Él quiera que experimentemos dolor y rechazo, pero esas cosas pueden ser efectos secundarios de vivir en un mundo que trata de alejarnos de Dios en lugar de acercarnos a Él. Pero al igual que José, el rechazo resulta en una redirección de parte de Dios. Cuando permitimos que nuestro Padre amoroso nos redirija, un día podemos mirar hacia atrás y ver todo lo bueno que Dios sacó del rechazo que experimentamos.
A lo mejor hoy puedes estar viviendo esa angustia que no te deja seguir, puedes sentirte rechazado o desconsolado, pero cuando eliges buscar a tu Padre Celestial, Él puede usar este tiempo como una oportunidad para acercarte a Sus planes y propósitos. Puede parecer difícil pero dad gracias a Dios por estar contigo en este tiempo, pídele que traiga bondad del rechazo a la angustia que has experimentado.
Por Rossmary Valladares
