Un pensamiento se define como la capacidad de formar ideas en nuestras mentes. Es probable que en varias ocasiones hayas tenido malos pensamientos, así como buenos pensamientos. ¿De qué manera dejas que esos pensamientos influyan en tus decisiones? Esos pensamientos que tenemos consciente o inconscientemente pueden afectarnos para bien o mal.
Recuerdo un episodio de mi vida en la que constantemente tenía pensamientos que llenaban mi corazón de temor e inseguridades. Sin embargo, comprendí que yo decidía si esos pensamientos iban a controlar mi vida y cómo me sentía. Por eso, cuando identifico esos malos pensamientos uso las herramientas espirituales para derribarlos y hacerles frente.
El enemigo puede atacar de muchas maneras nuestras mentes y es impresionante como un simple pensamiento puede tener un efecto tan poderoso en nuestra vida. ¿Qué podemos hacer cuando esos pensamientos quieran venir a nuestra mente? La Palabra de Dios nos enseña cómo renovar nuestra mente y someter todo pensamiento a la obediencia de Cristo.
Colma tu mente con la Palabra de Dios
Filipenses 4:8 es un texto bíblico que nos dice: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Una mente llena de la Palabra de Dios siempre tendrá a mano los recursos para hacerle frente a los malos pensamientos. Si vienen pensamientos de venganza, recuerda que debemos pensar en el perdón que Cristo nos ha dado, si vienen pensamientos de enfermedad, recuerda que por sus llagas hemos sido curados, cuando vengas pensamientos de temor, recuerda que el perfecto amor de Dios echa fuera todo temor. Debemos estar llenos de la Palabra de Dios para cuando vengan esos pensamientos poder derribarlos con ella.
Habla con un amigo o un líder y comparte lo que está pasando
En Gálatas 6:2 la Palabra nos exhorta a: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”. Que aliviados nos sentimos cuando compartimos lo que estamos pasando con alguien cercano y si se trata de esos pensamientos negativos que afectan nuestra vida, un hermano en la fe, amigo o un líder indicado pueden ayudarnos a ver con claridad y poner esos pensamientos en su lugar. Nunca estará de más la oración o guía de alguien capacitado o que haya vivido lo mismo, comparte tus cargas y no tengas temor.
Cuida tus pensamientos
La Biblia nos enseña que los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”. Isaías 55:8
Para cuidar nuestros pensamientos debemos filtrarlos a través de la Palabra, pues si tenemos buenos pensamientos tendremos una buena vida y podremos cumplir la voluntad de Dios. Si queremos pensar cómo piensa el Padre tenemos que pasar tiempo de calidad con él. Mantén tu mente ocupada en cosas que edifiquen, estudia la Palabra, escucha alabanzas, rodéate de personas que hablen de la grandeza de Dios y te ayuden a fortalecer tu mente. Aleja de inmediato los malos pensamientos, no les des largas en tu mente. Si le das vueltas y vueltas en tu cabeza solo traerán consecuencias devastadoras a tu vida y a quienes te rodean. Todo lo que no viene de Dios, échalo fuera en el nombre de Jesús.
Pide a Dios que te ayude a dirigir tus pensamientos hacia su perfecta voluntad. Que sean guiados a todo lo que a él le agrada. “Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá”. Proverbios 19:21
Por Rossmary Valladares