El espíritu de una persona se refiere a sus creencias, son sus actitudes, sus motivaciones, sus pensamientos, son sus emociones y sentimientos, es el estado de su corazón y es donde emana todo lo que hace. El espíritu de una persona es la esencia de su hacer y de lo que transmite, por ello debemos renovarlo cada día.
Entonces, ¿cómo puedes renovar tu espíritu todos los días? Aquí hay algunas maneras de hacerlo:
Vive con pausa
Imagina cómo sería vivir la vida a un ritmo más pausado. Cuando vamos acelerados por la vida, inevitablemente nos perdemos mucho de lo que sucede a nuestro alrededor. Si disminuyes el ritmo y te tomas tu tiempo, podrás notar y apreciar las cosas más pequeñas. Por ejemplo, cuando conduces, es probable que te pierdas mucho de lo que hay fuera de tu ventana. Por otro lado, si caminas, notarás más paisajes a lo largo del camino.
El mismo principio se aplica a sus actividades diarias, si los haces lentamente, serás más consciente de la experiencia. Incluso podrías encontrarte con uno o dos nuevos amigos, o tener una conversación que de otro modo no tendrías. Al reducir el ritmo, podrás aprovechar los pequeños momentos que hacen la vida tan especial. En lugar de desplazarte sin rumbo fijo o estar constantemente ocupado, te recomendamos colgar el teléfono y disfrutar de tu entorno.
«Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz». Romanos 8:6
Aliméntate de la Palabra de Dios
Aunque Jesús era el Hijo de Dios, entendió la importancia de aprender acerca de la Palabra de Dios y estar en la casa de su Padre. Así como consumir alimentos ricos en nutrientes garantiza el bienestar físico, disfrutar regularmente de la Palabra de Dios es necesario para la nutrición espiritual. Aunque nuestros espíritus no clamen por sustento como nuestros cuerpos físicos, de todos modos lo necesitan. Participar en estudios bíblicos y reflexionar sobre sus enseñanzas puede fortalecer nuestro corazón y profundizar nuestra fe.
“Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. Lucas 2:52 RVR
Ríe y juega
Jugar no es beneficioso exclusivamente para los niños, sino que los adultos también pueden beneficiarse enormemente de el. Participar en actividades nos ayuda a dejar de lado nuestras inseguridades y renunciar al control. Intenta crear un rompecabezas o inventar una nueva rutina de baile con tus amigos más cercanos. También puedes intentar colorear un libro. Se ha demostrado que jugar tiene beneficios científicos, como reducir la ansiedad y promover conexiones genuinas con los demás. Esto nos permite soltarnos y no tomarnos todo demasiado en serio, lo que nos lleva a una experiencia más auténtica.
“Y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor”. Eclesiastés 3:13 RVR
Haz algo creativo
Ya sea plantar un nuevo árbol, pintar una roca u ordenar una habitación desorganizada, participar en cualquier forma de actividad creativa puede ser extremadamente beneficioso para su bienestar mental. Incluso si no te consideras particularmente hábil en ningún esfuerzo artístico, se ha demostrado que el acto de creación reduce los niveles de estrés y estimula la formación de nuevas vías neuronales en el cerebro, lo que resulta en una mejor salud cerebral. Nuestro principio está en la imagen de Dios. El creador del universo nos dotó de creatividad, un reflejo de lo divino, que alimenta nuestra alma.
“Y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño”. Éxodo 35:35
Realiza ejercicio
El acto de movimiento físico, ya sea caminar a un ritmo pausado o realizar una actividad más rigurosa, tiene la capacidad de estimular la producción de endorfinas dentro de nuestro cuerpo. Estas endorfinas crean una sensación de tranquilidad que contribuyen a una mejora general de nuestro bienestar físico y emocional. Realizar trabajo físico no sólo rejuvenece nuestra alma, sino que también tiene un efecto calmante en nuestro cuerpo físico. Podemos descansar más profundamente y encontrar menos casos de ansiedad y estrés.
“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está dentro de vosotros, el cual tenéis de Dios? No sois vuestros, porque fuisteis comprados por precio. Así que glorifica a Dios en tu cuerpo”. 1 Corintios 6:19-20
Comparte con un amigo
Hacer una inversión en las amistades puede ser un proceso sencillo que requiere poco esfuerzo. Ejemplos de tales inversiones incluyen tomar una taza de café, enviar una rápida nota de agradecimiento o dar un pequeño obsequio. Para mantener nuestras amistades, a menudo debemos luchar dando prioridad a aquellos que deseamos mantener cerca de nosotros y creando espacio en nuestras vidas para ellos. Esta puede ser una tarea ardua, pero las recompensas son rejuvenecedoras para nuestro yo interior.
“Cada uno de vosotros mire no sólo por su propio interés, sino también por el de los demás”. Filipenses 2:4
Por Rossmary Valladares