1 Samuel 2:30…“porque Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.”
El significado bíblico de la palabra honra deriva del hebreo kabôd que significa gloria. La Palabra nos exhorta a honrar a Dios y a los padres, por ejemplo, esto implica alabar y estimarlos a través de la obediencia, el respeto, la admiración y la retribución.
Cuando honramos a Dios, estamos demostrando la alta estima y agradecimiento que tenemos por Él. Estamos reflejando su gloria en alabanza y adoración.
¿Has pensado cómo honras a Jesús últimamente? Te compartimos estas 5 maneras en cómo puedes honrar al Señor:
1.- Con tus palabras:
Debemos examinar nuestras vidas y analizar si estamos honrando al Señor con nuestras palabras. Si estamos usando nuestros labios para dar palabras de aliento, bondad, amor, paz, gozo, esperanza o si por el contrario estamos usando nuestros labios para la queja, la murmuración, malas palabras, chismes, engaños. La Palabra nos insta al que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien.
“Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán”. Salmo 34:1 (NVI).
2.- Con tu vida:
Honra a Dios con la vida que te ha dado, agradece por su palabra; en dónde está el secreto de la verdadera felicidad. Vive tu vida rectamente y de acuerdo a los principios que Dios estableció. Honrar a Jesús con tu vida significa que harás todo lo posible para obedecer los mandamientos de Cristo y cumplir su voluntad, como expresión de tu amor por él.
“Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. Juan 5:23 (RVR).
3.- Con tu testimonio:
Testificar del poder salvador que Dios obró en nosotros a través de su Hijo Jesús, nos hace honrar al Señor. Dar gloria a Jesucristo, pues es solo por él que hoy tenemos su perdón, su salvación y su paz. Honra a Jesús con tus actitudes, tus obras, tu corazón y todo tu ser. Habla de las grandezas de Dios. Todo esto forma parte de tu testimonio y la obra transformadora que día a día el Señor perfecciona en cada uno de sus hijos.
“Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo”. Daniel 4:2 (RVR).
4.- Con tu tiempo:
El tiempo es el recurso más valioso y escaso con el que contamos. Ser buenos mayordomos del tiempo es una señal de madurez espiritual. Si queremos honrar al Señor debemos ser buenos administradores del tiempo que le dedicamos a él, al servicio de su obra y a otras actividades importantes del día a día. Administrar el tiempo es esencial para administrar la vida misma. Santiago nos dice que la vida es como neblina que aparece por un tiempo y luego se desvanece.
Cuando desperdiciamos el tiempo, también desperdiciamos la vida, pues el tiempo es la materia prima de la que está hecha la vida; solo tenemos vida por un tiempo determinado. Por eso examina si estas usando tu tiempo sabiamente o estás siendo ocioso o perezoso, si le estás entregando a Dios el tiempo que él se merece.
5.- Siendo un hacedor de la Palabra:
Cuando leemos lo que dice el texto bíblico de Santiago 1:22 nos enseña que debemos ser hacedores de la Palabra de Dios, no solo oidores. Con esto, estamos honrando a Jesús, dando a conocer la obra transformadora que él ha realizado en nosotros. Cuando ponemos todas sus enseñanzas por obra estamos siendo obedientes y esto agrada al Señor.
¿Qué haces tú con la Palabra que se te predica domingo tras domingo? Jesús espera que nos esforcemos por poner en práctica toda Palabra y enseñanza que recibimos de parte de Él y así demostrar que somos verdaderos hijos de Dios.
Por Rossmary Valladares
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