Una de las relaciones más importantes que debemos preservar es la que tenemos con Dios, por eso es necesario que no la descuidemos por nada. La relación con Dios se fomenta a través de la oración y la lectura de la Palabra, pero cuando las descuidamos comienza a debilitarse nuestro espíritu, dando paso a que la carne vaya ganando lugar en nuestra vida.
Cuando esa relación se va debilitando empieza a revelar síntomas como el miedo, el dolor, la apatía, el temor, la incertidumbre y todo aquello que es contrario a lo que el Señor nos da por medio del Espíritu.
Una relación constante con el Señor nos permite conocer su voluntad y acceder a sus revelaciones, en la cual una persona que no esté conectada con Él no podrá acceder jamás, ya que la escritura misma dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios». 1 Corintios 2:10-11
Hay personas que quieren conocer a Dios pero viven una vida apartada de Él, sin oración, sin lectura de la Biblia, sin ayuno y sin asistir a la iglesia. Esto es algo que va entrando poco a poco a las vidas, no es de la noche a la mañana que una relación se va debilitando, sino con pequeñas acciones, dejando pasar uno, dos, tres y más días sin buscarle en intimidad, hasta que te das cuenta que te has alejado de su presencia.
Si sientes que estás abandonando tu relación con el Padre Celestial, es tiempo que vuelvas a Él, a buscarle y adorarle; nunca es tarde para entregarte de nuevo con todo tu ser. No estás solo, todos en algún momento hemos descuidado nuestra relación con Dios, pero pequeñas acciones diarias pueden hacer la diferencia y volver a conectar tu espíritu con el de tu Creador.
Recuerda también que es una batalla del bien contra el mal, una lucha del espíritu contra la carne, por eso la Palabra es clara y nos da todo lo necesario para derribar todo aquello que nos quiera alejar del Señor. Debemos estar dispuestos cada día a enfrentar una batalla por la relación más perfecta, pura y llena de amor que existe, para ello, dedica aunque sea unos minutos del día en agradecer por todas las bendiciones que hasta ahora Dios te ha regalado, escucha música que te conecten con el Señor, rodéate de personas que compartan tu misma fe y te alienten a buscar el rostro de quien te creó, incluyelo en tus tareas diarias.
No hay nada mejor que los reencuentros y el Señor jamás te desechará, siempre te estará esperando con los brazos abiertos, para escucharte y demostrarte cuanto te ama. ¡No dejes pasar un día más sin hablar con Él!
“Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar”. Jeremías 29:12-14
Por Rossmary Valladares