Al estudiar la palabra de Dios, podemos encontrar que Jesús fue el perfecto ejemplo de dominio propio, a pesar de que fue tentado, humillado y sacrificado siempre eligió hacer lo correcto.
De hecho, nosotros estamos en un mundo donde habita la maldad y las injusticias, diariamente somos tentados a hacer lo incorrecto. Es muy común que en nuestro diario andar, nuestra naturaleza humana nos haga confiar primero en nuestras propias ideas y opiniones, olvidando una palabra en Proverbios 3:5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Pero, solo tú puedes pedirle al Señor que te ayude a controlar tus pensamientos, actitudes y tus acciones. Somos hechura suya, creados en Cristo para buenas obras Efesios 2:10. Por eso, debemos tener cuidado en todo lo que hagamos y no entorpecer el propósito de Dios para nuestras vidas.
Por otro lado, el apóstol Pablo nos describe los frutos del espíritu en el libro de Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu esa amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Por tal razón, debemos entender que el dominio propio no es algo que vamos a lograr por sí solos; es a través de una comunión con Dios, donde nuestra vida puede ser transformada. También podemos compararla con una semilla que se va alimentando y va creciendo diariamente con la presencia de nuestro Padre Celestial, dando como fruto una vida libre de pecado para hacer la voluntad de Dios en lugar de la nuestra. Decide que esto ocupe tu mente y corazón, especialmente cuando se trata de la vida cotidiana.
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7
Por Rossmary Valladares
http://www.instagram.com/altar7