La forma de eliminar lo que no edifica tu vida es a través de la renovación de tu mente y corazón. Esto involucra buscar a Dios en oración, estudiar su Palabra, y buscar la dirección del Espíritu Santo para discernir lo que es bueno y lo que no lo es. También implica evitar las influencias negativas, como personas, prácticas o pensamientos que no estén alineados con los principios de Dios.
Asimismo, la Biblia enseña que es importante rodearse de personas que edifiquen y fortalezcan tu fe, evitando la compañía de aquellos que te alejen de tus creencias y valores. Esto también puede implicar establecer límites saludables en tus relaciones y actividades, eliminando aquello que te distrae o aleja de tu conexión con Dios.
Buscar activamente la presencia de Dios, abrazar sus enseñanzas para renovar tu mente y tu corazón y separarte conscientemente de las influencias negativas que puedan poner en peligro tu fe y tu relación con Dios son pasos esenciales para eliminar lo que no contribuye a construir una vida plena.
Como hijo suyo, como hija suya debes considerar estas cosas que no edifican:
1.- Eliminar malas compañías: La Palabra de Dios nos anima a escoger con sabiduría nuestras amistades y a roderarnos de personas que nos impulsen a ser mejores y no que nos empujen a hacer el mal. Necesitamos compañeros que dejen huellas significativas en nuestras vidas. «No os engañéis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres». – 1 Corintios 15:33
2.- Eliminar el pecado: El pecado nos aleja de Dios y nos impide estar en comunión con él. El Señor nos da esperanza y consuelo al saber que, a través de la confesión y el arrepentimiento, podamos ser personados y renovados por Dios, asi que no pierdas la oportunidad de cada día entregar cualquier pecado ante la presencia del Señor. «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad». – 1 Juan 1:9
3.- Eliminar la amargura y el enojo: Es importante desechar esos sentimientos y actitudes negativas, como el enejo, la ira, el rencor, las calumnias y la malicia. De igual manera, nos insta a vivir en armonía con el prójimo evitando toda contienda y buscando la paz en nuestras relaciones interpersonales. «Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia». – Efesios 4:31
4.- Eliminar la incredulidad: Este versículo nos enseña que la fe proviene de escuchar la Palabra de Dios. Indica que la fe no se origina por uno mismo, sino que surge al escuchar y recibir la enseñanza de la Palabra de Dios. Nos exhorta a buscar la guía y sabiduría a través de estudiar y meditar en las Escrituras para alcanzar una fe sólida. «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios». – Romanos 10:17
5.- Eliminar el temor: En estos tiempos difíciles, el miedo parece impregnar cada rincón al que vayamos. Es un miedo que nace de nuestra falta de control sobre lo desconocido. Sin embargo, hay una manera de liberarse de este miedo. Al poner nuestra confianza en Dios, podemos encontrar consuelo al saber que Él tiene el control de todas estas circunstancias. «Porque Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio». – 2 Timoteo 1:7
De estos versículos, se puede apender que la Biblia nos enseña a ser selectivos en nuestras palabras, pensamientos y acciones, eliminando lo que no edifica o construye, y enfocándonos en lo que es positivo, constructivo y edificante para nosotros y para los demás.
Por Rossmary Valladares