¡Paz! Esa palabra que no ha dejado de sonar en estos últimos días y por la cual el mundo clama. Cuando las personas de la Biblia hablaban sobre la paz, muy seguido usaban la palabra hebrea shalom. La gente se saludaba con esta palabra. ¡Shalom para ti! ¡Paz!
A partir de que las personas comenzaron a vivir en sociedades, no han podido mantener la paz ni la seguridad y mucho menos vivir en igualdad. La desigualdad es la raíz de la injusticia y, lo es también del conflicto social.
La mayoría de las personas ansiamos vivir en paz y tranquilidad. Jesús pagó un precio por nuestra paz y por la paz que traerá cuando regrese. Él nos enseñó a vivir sin egoísmos y llama bienaventurados a los que trabajan por la paz, (Mateo 5:9).
Los problemas de la humanidad están en el corazón del hombre, de allí proviene el orgullo, la codicia, el egoísmo, la envidia y toda maldad. Con esto podemos darnos cuenta que estos pecados crean conflictos humanos de todo tipo. Por este motivo, el hombre debe entregar su corazón a Dios, para ser transformado. El que está en Cristo nueva criatura es, todas las cosas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17). Una persona que contribuye a la paz del mundo y de los que le rodean, es alguien que ha nacido de nuevo del Espíritu, porque ha pedido a Jesús que sea su Salvador personal y Señor de su vida.
¿Qué podemos hacer para llevar a la paz a los que están a nuestro alrededor?
La Biblia es clara cuando nos enseña que siempre que esté a nuestro alcance hagamos bien a todos. Tal vez pienses que una sola acción de tu parte no hará un gran aporte al mundo, pero no es así. Una sola acción puede crear un efecto en los que te rodean, puesto que una sola acción es capaz de repetirse e imitarse.
Sin importar la situación en la que nos encontremos, si hacemos bien a todos, la paz se establece y más cuando sabemos que Cristo es nuestra paz, ya que se trata de ser portadores de ese evangelio de paz que nos dejó nuestro Señor.
El apóstol Pablo pide que oremos en todo tiempo, que realicemos oraciones con súplicas y acción de gracias. El Señor no espera que solo hablemos de paz, sino que vivamos en paz y oremos por que los pueblos vivan apacibles y tranquilos.
Eres bendecido al mostrar a la gente la manera de cooperar en vez de competir o luchar.
Oración por la paz del mundo
«Señor en estos tiempos difíciles para la humanidad descansamos en tus promesas, sabiendo que tus palabras están llenas de verdad y de poder; descansamos en tu Palabra, que nos consuela y nos llena de paz; descansamos en tu pacto de su gracia, que es nuestro dulce refugio. Ayúdanos a ser portadores de tu paz a nuestra, familia, vecinos, trabajo y escuela. Que podamos compartir tu amor fraternal a cada persona que nos rodea. En el nombre de Jesús, amén».
“Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”. Gálatas 6:10
Por Rossmary Valladares
Foto: Freepik
