No se puede subestimar la importancia de cultivar hábitos en nuestro tiempo con Dios. Estos hábitos desempeñan un papel vital a la hora de fomentar una conexión profunda con Dios, adquirir conocimientos y experimentar crecimiento personal.
1.- Establece un tiempo diario de oración y lectura de la Biblia:
Dedicar un tiempo cada día para orar y profundizar en las enseñanzas de la Biblia tiene una gran importancia. Busca un ambiente tranquilo y libre de distracciones, que te permita un momento de profunda conexión con Dios. Que tus tiempos de oración y lectura de las Escrituras estén centradas en el Señor y sirvan como fuente de inspiración en tu vida espiritual.
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Mateo 6:6
2.- Participa en actividades de tu iglesia:
Participar constantemente en la iglesia y asistir activamente en las actividades de adoración proporciona un medio para establecer una conexión profunda tanto con Dios como con los demás creyentes. Existen varias formas de participación, incluida la asistencia a servicios regulares, formar parte de células y participar en ocasiones especiales como conferencias y retiros.
“Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”. Juan 4:23
3.- Lleva un diario de gratitud y peticiones:
Mantener un diario de gratitud, donde registres las bendiciones que Dios te ha otorgado y tus peticiones de oración, sirve como un medio para permanecer enfocado en Él recordar sus bondades. Tú eres el responsable de decidir vivir en gratitud, puedes derramar tu corazón delante de Dios y aún allí agradecer por todo lo que él te ha dado.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:18
4.- Escucha música cristiana y reflexiona en sus letras:
La música cristiana tiene el potencial de servir como un instrumento para establecer una conexión con Dios y recordar sus fieles promesas. Dedicar un momento a escuchar atentamente y contemplar la letra puede servir como un medio para comunicarse con nuestro Padre. David es un ejemplo de la importancia de la música en nuestra vida espiritual, demuestra cómo funciona en medio de nuestra adoración, permitiéndonos entrar en la presencia divina.
“Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre”. Salmo 30:11-12
5.- Sirve a los demás en el nombre de Dios:
Una forma práctica de pasar tiempo con Dios es servir a los demás en su nombre. Participar en actividades de servicio y ayudar a aquellos que lo necesitan es una forma de demostrar amor y obedecer sus mandamientos. Servir es una disciplina espiritual porque nos asemeja a Cristo, nos ayuda a crecer en piedad y modela a otros el evangelio.
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:16
Por Rossmary Valladares