Cada uno de nosotros tenemos buenos propósitos y proyectos, Dios ha querido mostrarnos cuál es la clave para que estos proyectos y anhelos se cumplan y puedas ser victorioso en todo lo que emprendas. El mundo mide el éxito de acuerdo al poder económico que acumule una persona, de allí el dicho: Dime cuanto tienes y te diré cuanto vales.
Para nosotros los cristianos el éxito es mucho más que eso, no podemos limitarnos solamente a lo material, tenemos que ser victoriosos en el hogar, en nuestras relaciones interpersonales y en todas las áreas de nuestra vida.
¿Cuántos desean ser victoriosos de una manera integral? Pues, Josué nos da la clave:
- Ser fuertes y valientes. No desanimarse ante nada, la victoria no es para cobardes, hay que emprender nuevos retos, atreverse, dar un paso más que la bendición siempre está en la segunda milla. La carrera no la gana el más rápido sino el que más se prepara.
- Ser obedientes a la palabra de Dios. A nosotros nos rige la palabra de Dios. Pero hay que responderse con sinceridad: ¿Soy obediente? ¿Estudio la Biblia? ¿Está Dios en primer lugar en mi vida? ¿Me congrego en una iglesia? ¿Estoy orando siempre, lo hago con mi familia?
- Tenemos que ser perseverantes, la biblia dice: “Recita siempre el libro de la ley y medita en el de día y de noche”. La palabra de Dios es para meditar, escudriñar, estudiar, conocerla y ponerla en acción continuamente.
El apóstol Pablo nos exhorta así: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual es la voluntad de Dios agradable y perfecta”.
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas”, Josué 1:8-9
Por Andreina Fersaca