Heather Avis, es una conocida bloguera, autora de libros y oradora cristiana que compartió una reflexión con un conocido medio de comunicación estadounidense, en el que refiere la importancia de que la iglesia trabaje en la inclusión de aquellas personas consideradas diferentes por poseer cualidades especiales o alguna discapacidad.
“La iglesia debe ser conocida por abrazar a los que típicamente son empujados a los límites de la sociedad; un lugar donde los talentos, habilidades y necesidades únicas de los demás son reconocidos y celebrados”. Avis es madre de tres hijos adoptados, dos de los cuales tienen síndrome de Down, y para ella es importante que las congregaciones logren incluir lo que a diario son ignorados.
“Todos y cada uno de nosotros somos portadores de la imagen de Dios. Cuando Él creó a mis hijos, les dio un cromosoma adicional con placer y para su gloria”. Para la conocida bloguera las personas consideradas como diferentes tienen grandes maravillas que aportar al mundo entero y en distintos seres humanos, permitiendo que sus vidas se hagan aún más plenas.
“Si no estamos permitiendo que personas que son diferentes a nosotros se incluyan completamente en nuestras iglesias, estamos perdiendo la plenitud de Dios”, enfatizó. “Si todos son como nosotros, ya sea habilidad o raza, nos estamos perdiendo la plenitud de Dios porque su imagen está en cada persona tal y como es. No hay asterisco. Creo que hasta que la Iglesia no abarque completamente a aquellos que son diferentes, no sabrá completamente quién es Dios “.
Avis y su esposo Josh, tomaron la decisión en el año 2008 de adoptar a su primera hija, Macyn, luego en el 2011 se hicieron padres nuevamente y fue en el año 2013 cuando llega a su casa su hijo, August. Para ambos la vida ha cambiado y día a día se enriquecen más con las enseñanzas no solamente de sus hijos, sino de la comunidad en la que están inmersos.
En su último libro, Scoot Over y Make Some Room, Avis comparte los momentos felices de ser padres, pero también los momentos desgarradores cuando a sus hijos se les negó un lugar en la mesa y cuando tuvo que luchar para que sus voces fueran escuchadas, particularmente en el sistema escolar.
“Los sistemas escolares son muy segregados; se espera que las personas con discapacidades aprendan en un aula diferente porque se piensa que es lo mejor para ellos. La expectativa es que mis hijos puedan aprender junto con sus compañeros. Lo que les pido a nuestros educadores que hagan es ver los recursos que traen mis hijos y no sus déficits. Veamos lo que pueden hacer y no lo que no pueden hacer “, dijo la oradora.
Por Andreina Fersaca
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