La fe, es una palabra pequeña que tiene un gran impacto en nuestras vidas. Hemos leído y aprendido mucho sobre ella y creemos conocer lo que es, sin embargo, hay una diferencia entre saberlo y vivirlo.
La palabra de Dios nos explica, que la fe es ese componente que nos da certeza de lo que se espera, por medio de las promesas dadas a través de la escritura. Comprender el concepto de espera es diferente a poder esperar, así también entender la fe, muchas veces no tenemos la capacidad de ponerla en práctica cuando llegan esas situaciones difíciles.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fe hecho de lo que no se veía. Hebreos 11:1-3
Ejerciendo la fe
Cuando estemos atravesando tormentas en la vida necesitamos poner en práctica la fe y esperar pacientemente ser sacados de ella. De igual manera cuando estemos enfermos, debemos ejercer la fe para ser sanos, cuando hay problemas familiares o económicos hay que ejercer la fe, de hecho, debemos practicar la fe en nuestra cotidianidad.
Así mismo, hombres y mujeres de la biblia ejercieron la fe en sus vidas y algunos llegaron a ver milagros, otros no pudieron verlo con sus ojos, pero con el tiempo se cumplió la promesa que Dios les dio, un ejemplo de ello fue Abraham, el padre de la fe (Hebreos 11:8-13).
Cuando la fe es verdadera sabe esperar, si crees en el Señor y tienes una promesa de su parte, debes confiar en que Él la cumplirá. Sigue buscando su presencia, cree y confía, la fe debe formar parte de tu estilo de vida para que sea real y no que otros te lo cuenten. Serás capaz de vivir tu propio milagro y agradar a Dios, si esperas el tiempo preciso, firme y constante.
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11: 6
Por Rossmary Valladares
