Ese sentimiento de darse por vencido, de rendición ante una circunstancia y de dejar todo de un lado sin ánimos de luchar, se llama desesperanza. Es un estado en el que muchas personas caen en estos tiempos, cuando las adversidades llegan inesperadamente y al no encontrar salida se derrumban. Justo en ese momento olvidamos la fe y que hay alguien más poderoso que el problema que estamos atravesando.
En esos momentos de desesperanza es necesario que nuestra fe aumente, que seamos fortalecidos y que nos levantemos con una Palabra que nos anime a seguir adelante y creer en el poder de Dios. Por esa razón es necesario memorizar algunos versículos que nos ayuden en la prueba, con el propósito de continuar en el camino de la confianza, no solo en nuestro Padre Celestial sino en nosotros mismos.
- Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1
- Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Marcos 11:24
- ¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible. Marcos 9:23
- Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? Jeremías 32:27
- Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Tuyo es todo cuanto hay en el cielo y en la tierra. Tuyo también es el reino, y tú estás por encima de todo. 1 Crónicas 29:11
Para Dios no hay nada imposible, y Él está atento a nuestras oraciones, es su voluntad que nosotros pasemos la prueba cubiertos de su presencia y con una fe inquebrantable. Una de nuestras armas es la Biblia, estos versículos nos animan a entender que Dios es el dueño de todas las cosas y que su poder en grande ante las dificultades.
Por Andreina Fersaca