5 Salmos para encontrar fortaleza en medio de la dificultad

Salmos

El libro de los Salmos nos ofrece grandiosos versículos de oraciones de la vida real, en el que podemos encontrar fortaleza, esperanza y paz. Son muchas las situaciones a las que nos enfrentamos diariamente, pero podemos elegir su palabra para atesorarla en nuestra mente y corazón, creyendo que Él está con nosotros y nos fortalece sea cual sea la situación.

Las verdades del Señor nunca cambian, y a menudo, cuando enfrentamos tiempos difíciles, puede parecer más fácil quejarse de todo que ofrecer alabanzas a Dios. Estos 5 Salmos nos recuerdan todo lo que podemos agradecer y la fortaleza que podemos encontrar a través de su Palabra.

Salmo 23:

1-4 Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Salmo 31:

1-3 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; líbrame en tu justicia. Inclina a mi tu oído, líbrame pronto; sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás.

Salmo 46:

1-3 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.

Salmo 91:

1-4 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus salas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.

Salmo 144:

1- 2 Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra; misericordia mía y mi castillo, fortaleza mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.

Por Rossmary Valladares

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