Al estudiar la palabra de Dios podemos ver historias de mujeres que fueron ejemplo por su temor y obediencia a Dios, en su momento fueron reflejo de la fidelidad y el amor del Señor. Con sus vidas testificaron que Dios usa a todos para cumplir su voluntad. Estas mujeres nos dejaron grandes enseñanzas para nuestras vidas.
1.- Sara
Sara fue una mujer llena de fe, madre del pueblo de Israel, aunque ya estaba mayor de edad, dejó todo para vivir el resto de su vida en tiendas de campaña. Sara permaneció siempre al lado de su esposo, Abraham, apoyándolo. Sara creyó a Dios y con 90 años, pudo ver realizado su sueño de tener un hijo, Isaac. El Señor llenó su corazón de alegría con esta promesa cumplida.
La vida de Sara nos revela que las promesas de Dios son reveladas y cumplidas en su tiempo, ya que su calendario es muy diferente al nuestro. Debemos esperar pacientemente a que Dios obre, esto puede resultar una de las experiencias más difíciles de nuestro andar cristiano. Pero debemos esperar en quietud porque sus promesas siempre se cumple
2.- María
María, fue la mujer elegida para ser la madre de Jesús, era también descendiente, o hija, de un rey. Considerada como muy favorecida y bienaventurada entre todas las mujeres. De sus labios brotaron palabras de humildad y gratitud, “Mi alma magnifica al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha puesto sus ojos en la humildad de su sierva, por eso desde ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada…”. (Lc 1,46-48). Esta humildad de María al ponerse en las manos de Dios y cooperar con el Señor en su gran misión es algo verdaderamente fascinante, ser parte de la obra del Señor es algo que todo creyente debe imitar.
3.- Ana
Ana fue una mujer de oración, adoradora y madre del profeta Samuel, había tenido una vida difícil. Su marido Elcana había aprovechado la tradición para tener dos esposas (1 S 1,2). Además, Ana era estéril, considerado en ese tiempo como un tipo de maldición. Ella era despreciada por la otra esposa de su marido y llevaba una gran tristeza en su corazón a causa de todo esto (1 Samuel 1:6). Pero en medio de su situación, ella perseveró en la oración y supo decir: “Ana concibió y cuando llegó el momento dio a luz a un niño al que llamó Samuel, “porque,” dijo ella, “se lo he pedido a Yahveh” (1 Sam 1,20).
4.- Ester
Ester fue considerada una mujer muy hermosa, inteligente, sensata y valiente. Su valor fue indudable, arriesgó su vida al aparecer ante el Rey Asuero sin ser llamada. Sus acciones fueron decisivas realizadas con mucho tacto. Ester desempeñó un papel fundamental en la corte, colaborando decisivamente en la salvación de su pueblo, cuya destrucción había sido decretada por Asuero a instancias de Amán, el principal dignatario de la corte.
Antes de arriesgar su vida por su pueblo, se humilló y ayunó; luego puso su enorme belleza, sus modales y su sabiduría al servicio del plan de Dios. Ester nos enseña el valor de la obediencia y como actuar conforme a la voluntad de Dios siempre trae bendición.
5.- Rut
Rut es descrita como una mujer leal, generosa, llena de amor, era fuerte y serena, capaz de asumir riesgos inusuales, y de participar activamente en las circunstancias de la vida. Pasó por la dura perdida de su esposo, pero descubrió de primera mano la naturaleza generosa, leal y tierna de Dios, dado que le proveyó un marido, un hijo y un hogar al que podía considerar propio.
Una gran enseñanza que nos deja Rut es como todo fue por amor a su suegra y al Dios de Noemí. Ella hizo una promesa en el camino a Belén, y era su firme decisión cumplirla. Si bien fue una promesa que una mujer le hizo a otra, a menudo se la cita en las ceremonias nupciales como una elocuente expresión de amor y lealtad entre cónyuges.
Rut no tenía cómo saber que su manera de bendecir a Noemí con el tiempo produciría bendición en su propia vida. Esa es una de las divinas ironías de nuestro Dios, que se deleita tanto en ver que amamos y bendecimos a otros, que él nos devuelve el doble amor y la bendición que hayamos dado.
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