Jesús en su caminar por esta tierra escogió a sus doce discípulos para que anduvieran con él y recibieran su dirección, ellos quedarían para evangelizar a millones de personas. Esos hombres no tenían las características más especiales de una persona, tenían errores igual que muchos, o hasta peores vicios, pero era lo que él quería, ellos que quizás no eran los más calificados fueron los escogidos. Existen muchas maneras de cómo Jesús obro en la vida de ellos, hoy te damos 5 formas.
1. Estuvo con ellos: Jesús siempre estuvo con ellos, nunca los abandonó, finalmente fueron ellos los que lo abandonaron en el último momento, pero Jesús estuvo presente en sus vicisitudes en toda situación. “Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar”. Marcos 3:14
2. Les habló la verdad: Según la ocasión y las situaciones se lo permitieron, Jesús les hablaba claro y siempre con la verdad. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad”. Juan 17:17
3. No les explico todo: Jesús es muchas oportunidades dejaba un paréntesis en sus enseñanzas, con el propósito de que los discípulos indagaras, reflexionaran e investigaran. En Juan 14: 5-11 observamos este relato: Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: ¿Muéstranos el Padre?
4. Les encomendó tareas: Los discípulos eran hombres obedientes y Jesús les despertó en ellos un espíritu de servicio, de amor al prójimo, él les ponía tareas simples y ministeriales para que aprendieran no solamente a hacer las cosas y recibir instrucciones, sino también para que tuvieran un espíritu enseñable.
5. Los amó: Jesús les tenía plena confianza a sus discípulos, lo amo grandemente y se los demostraba con acciones. Una muestra de ello es cuando le lava los pies a cada uno de ellos y les dice: De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis. Juan 13
Por Andreina Fersaca