La mayoría de las personas tienen como meta vivir mejor y esto no se trata solo de un status social o posesiones materiales. Tal y como nos los enseña la Palabra de Dios, vivir mejor no significa una vida perfecta o la ausencia de problemas, sino que por medio de nuestra fe en Jesucristo podemos tener la certeza de que aun en medio de nuestras dificultades, tenemos la fiel promesa de parte de Dios y, por lo tanto, podemos ser felices aun en medio de nuestras carencias.
El apóstol Pablo nos dejó esta gran reflexión en Filipenses: «No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre» y luego añade: «Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez» .
En este devocional te invitamos a analizar en estos 4 secretos para vivir mejor de la mano del Señor:
#1 Vive la felicidad: La verdadera felicidad está en Dios, no en las situaciones alrededor.
Creo que todas las personas deseamos ser felices. Después de todo, ¿quién quiere estar triste? Buscamos la felicidad en un sinfín de cosas: dinero, pareja, profesión, los hijos, etc. ¿Pero pueden estas cosas darnos una verdadera felicidad?
Particularmente, me encanta todo lo relacionado a las manualidades, y me encantaría tener un taller con todo lo necesario para realizar mis proyectos. Cuando compro algunos materiales me lleno de ilusión y felicidad porque voy a elaborar eso que tenía planeado. Sin embargo, luego de unos días, eso que me produjo una felicidad momentánea, desaparece. Las cosas que nos ofrece este mundo son temporales, pero lo que Dios nos ofrece es eterno. En este mundo viviremos tristezas, aflicciones, decepciones pero el gozo que el Señor al vivir en su voluntad permanecerá por siempre.
“Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios”, Salmos 146:5
#2 Vive la solidaridad: Siempre será más gratificante dar que recibir.
Piensa cuándo fue la última vez que le ayudaste a alguien desinteresadamente. Si decimos que queremos ser imitadores de Jesús, lo más conveniente sería que nuestra vida esté orientada al servicio de nuestro prójimo. Ser solidarios nos hace grandes ante los ojos de Dios, nos hace vivir mejor y llenos de gozo por haber puesto nuestra vida al servicio de otros.
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”, Filipenses 2:4
#3 Vive tu familia: Disfruta de las personas que están a tu alrededor, comparte de tu amor por Dios con ellos.
Dedicar tiempo, oración y esfuerzo a la edificación de la familia es una de las cosas más importantes a las que estamos llamados. La familia es importante para Dios por eso debemos darle el lugar que se merecen y demostrarles el amor que Dios te ha regalado a ti. Jesús dijo: “Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado” Juan 15:12. Diles a los miembros de tu familia cuánto los amas y hazlo con frecuencia. Aunque en algún momento ya se lo hayas dicho, expresar el amor siempre traerá felicidad y también invitará al Espíritu de Dios a tu hogar.
#4 Vive la vida: Disfruta lo que ya tienes, lo que ya eres, lo que Dios te ha dado.
Dios quiere que disfrutes la vida hoy. Él quiere que te alegres de estar vivo. Él desea que puedas vivir mejor con lo que solo Él puede darte: alegría, paz, abundancia y desbordante gozo. A medida que avanza tu día, ten esto como tu meta: ¡Gózate en el Señor! Disfruta como el gozo del Señor te da nuevas fuerzas, así serás capaz de sobreponerte a cualquier problema que tengas en frente, y disfrutarás de tu vida mientras lo estás haciendo.
“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios”. Colosenses 1:10
Por Rossmary Valladares