4 cosas que solo Jesús puede darte

Jesús

En esta vida pasajera y efímera podemos conseguir muchas cosas, pero algunas de ellas solo las podemos encontrar en Jesús. Nada de lo que tengamos en el ámbito terrenal dura para siempre, todo en algún momento se acaba. Por todo esto, es importante que apreciemos lo que Dios nos ofrece a través de su Hijo Jesús. En este devocional te compartimos 4 cosas que Jesús ofrece a las personas que se acercan a Él:

1.- Salvación Eterna:

La vida humana es pasajera y aunque esta vida es importante y en la medida de lo posible la disfrutamos, nos alegramos, lloramos, compartimos, celebramos; más importante es la eternidad. Nadie sabe la hora de su muerte, pasamos por esta vida como la neblina, que está por un instante y luego se desvanece, en un abrir y cerrar de ojos podemos expirar; solo estando en vida tenemos la oportunidad de recibir a Jesús como Salvador.

Por eso, Jesús es el único que puede ofrecernos una salvación eterna, Él vino al mundo a salvar  a los pecadores, gracias al sacrificio hecho en la cruz. El apóstol Pedro dijo de Él: «Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12). El apóstol Juan escribió: «El Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo» (1 Juan 4:14).

Si nunca lo has hecho, pon tu confianza en Jesús. ¡Hazlo ahora! Ora así: Jesús, yo pongo toda mi confianza en ti para salvarme de mi pecado, y te pido perdón, reconozco que solo tú puedes darme vida eterna. ¡Amén!

2.- Paz

Nada puede compararse con la paz que Dios da a sus hijos. Esa paz viene como resultado del perdón que recibimos cuando abrimos a Jesús nuestro corazón. «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo» (Romanos 5.1).

Así que, nada en este mundo, ni los bienes materiales, ni los placeres, ni las personas, ni ninguna otra cosa de esta vida, puede darnos esa paz inigualable. Romanos 8:6 expresa: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Igualmente, cuando ocurren situaciones difíciles en nuestra vida o a nuestro alrededor que quieran llegar a quitarnos paz, Jesús nos dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy cómo el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo. Juan 14:27

3.- Libertad

La libertad es algo muy preciado que es necesario saber valorar y disfrutar. Alguien que no conoce a Jesús y no ha nacido de nuevo vive una vida de desenfreno y placeres contrarios a lo que nos dice la palabra de Dios. Hemos visto personas esclavas del alcohol, las drogas, la prostitución, la pornografía, la mentira y la lista es infinita.

Los seres humanos conocemos la libertad cuando conocemos a Jesús, ya que nos apartamos del pecado y nos dedicamos a vivir una vida que agrada a Dios. En cambio las personas que viven alejadas de Cristo son esclavas del pecado, por eso nuestro Padre Celestial nos bendice con una libertad real, cuando le conocemos y entregamos nuestras vidas a Él.

«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le respondieron: Linaje de Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el hijo os libertaré seréis verdaderamente libres» (Juan 8.32-36).

4.- Amor verdadero

El amor de Dios es maravilloso, único e incomparable. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16, en este versículo se resume tanta verdad y amor.

La biblia nos habla constantemente de la importancia del amor en nuestras vidas. Jesucristo, cuando vino a la tierra como Dios en la carne, nos dejó un perfecto ejemplo del amor de Dios por la humanidad.

Cuando una persona no ha conocido el amor de Dios, equivocadamente buscan ese amor en cosas y personas, sintiéndose igualmente vacías, ya que nadie puede amar como Dios lo hace. Pero, si nosotros nos dejemos amar por Dios, podremos amar como Él.

Por Rossmary Valladares

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