Tal vez algunos al escuchar la palabra: “corrección” sintamos un poco de temor, es posible que tomemos esa modificación como un mandato de parte de alguien, o difícil es dirigir esa corrección en otras personas, como por ejemplo en nuestros hijos. Se trata de una señal de que algo no está bien y se tienen que tomar las acciones necesarias para lograr ese cambio de forma eficaz.
En la familia existen tres fundamentos para lograr una corrección eficaz, basándose en la Palabra escriba en Proverbios 13.
-Motivar: Es importante que corrijamos a nuestros hijos para motivarlos a hacer el bien, a que aprendan que se debe seguir adelante en medio de las adversidades y que sus valores y principios estén fundamentados en la Palabra de Dios. La disciplina debe estar basada en la motivación a ellos, es decir una palabra de bendición es poderosa y destruirá cualquier situación negativa en la que estén inmersos. “El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el burlador no escucha las reprensiones”. Proverbios 13:1
– Edificar: La corrección también es para edificar la vida de los hijos. Los padres debemos ponerles límites a nuestros hijos, esto los va a ayudar a crecer y convertirse en hombres y mujeres bien. “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”. Proverbios 13:24
-Consolar: En toda etapa del crecimiento de nuestros hijos es necesario que entienda que no están solos en la batalla de la vida, que cada corrección que se les hace es para ayudarlos a crecer fortalecidos y que sean personas de buena voluntad. Por tal motivo la corrección también es para consolarlos, para decirles que cuentan con una familia y con un Dios que está con ellos en todo momento, donde pueden encontrar refugio. “El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; pero la riqueza del pecador está guardada para el justo”. Proverbios 13:22
Por Andreina Fersaca
