Nuestra área sentimental es tan importante que no podemos descuidarla, engañoso es el corazón y por tal razón es necesario que nos cuidamos de decisiones que nos pueden llegar a afectar en la vida. Tal vez muchos ven el noviazgo como una etapa que hay que vivir en la juventud, como situaciones de aprendizaje, pero no se debe tomar a la ligera, porque esta área debemos entregarla al Señor para que sea él quien la dirija.
Podemos definir 3 partes fundamentales por la cual establecemos un noviazgo, tratándose de que se define como la antesala al matrimonio:
1.- En Jeremías 29:11 dice: “porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal para daros el fin que esperáis”. Es decir, no hay nadie que nos conozca mejor que Dios y que te nos ame más que él. Nuestro Padre Celestial quiere lo mejor para cada uno de nosotros y sabe cuál es el tipo de personas que nos tiene preparado, ajustándose a nuestra personalidad y vida.
2.- En 1 Samuel 16:7 dice: “No te dejes impresionar por su apariencia, ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me dijo en el corazón”. La mejor manera de escoger bien a tu pareja es entregando todo en manos de Dios, él es el único que conoce las intenciones del corazón de los hombres y a través de su dirección podremos saber cuál es la persona indicada. Si nos fijamos en nuestra sabiduría podemos fallar.
3.- En Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda también tu corazón porque de él mana la vida”. El noviazgo es considerado como la antesala al matrimonio, esto quiere decir que esta etapa de tu vida es muy importante y no debemos unirnos con cualquier persona.
La oración es la mejor arma que tenemos en todo momento, a través de ella podemos entender cuál es la voluntad de Dios es nuestras vidas. Debemos pedirle al Señor que nos cuide de emparejarnos con personas que realmente no nos aman y que ponga en nuestras vidas dominio propio y sabiduría al momento de escoger.
Por Andreina Fersaca